Duro Felguera es una de nuestras grandes empresas, una empresa de éxito y si se pone remedio a los errores que se han venido cometiendo, seguirá siéndolo durante muchos años más. En Asturias, la región que peor comportamiento ha tenido en España en los últimos 15 años, no podemos permitirnos perder ni una sola empresa más y menos aun a Duro Felguera.
Tras años gestionando reestructuraciones empresariales, en el proceso de reestructuración de Duro Felguera parece que se han cometido muchos errores. Posiblemente, el peor de todos haya sido sacar la negociación de los despachos y abrir cabeceras periodísticas todos los días. Desconozco quién dio el primer paso, quién pudo pensar que podría forzar a la otra parte con la presión periodística, pero ese fue un gravísimo error. Tras saltar a los medios de comunicación Duro Felguera tiene más problemas para lograr nuevos encargos. Nadie puede extrañarse del ausencia de pedidos, pues el tipo de trabajos que realiza la ingeniería, suponen fortísimas inversiones y largos plazos de ejecución, por lo que cualquier cliente se reservará contratar con la ingeniería hasta que se aclare su futuro. Una información que además estará utilizando su competencia, que sólo necesita teclear Duro Felguera en cualquier navegador para enseñarle las dificultades financieras al cliente Qatarí, Canadiense, Venezolano o Tailandés.
En el caso de reestructuración de grandes empresas, el primer principio a respetar, es la confidencialidad de las negociaciones y del propio proceso, salvo que quien filtre la información desee que el proceso no acabe de la mejor manera posible. La propia Ley Concursal permite mantener en secreto las negociaciones del proceso de refinanciación, por algo será.
Otro error que parece haberse incurrido en este proceso, es la lentitud con la que avanza. En situaciones límite, donde se empiezan a producir incumplimientos de pago, es vital la rapidez en la toma de decisiones. Los procesos largos agravan la situación. En ese tiempo se producen más impagos, se retrasan pagos de nóminas sacudiendo el ánimo de la plantilla, las aseguradoras de riesgos comienzas reducen los límites de riesgos, reduciendo a la vez la financiación de los proveedores que no se arriesga a que su seguro no cubra un posible impago, constriñendo más aun la financiación de la empresa, en un diabólico círculo que se retroalimenta negativamente de forma exponencial. Las entidades financieras inician sus procedimientos de recuperaciones, lo que en procesos con muchas entidades financieras y riesgos diversos puede resultar en una situación irreversible.
En la toma de decisiones, siempre será más rápida la empresa que el conjunto de entidades financieras, que suelen ser las que lo retrasan en sus procesos internos. Mientras en la empresa un solo consejo de administración toma las decisiones, el conjunto de entidades financieras dependen de varios comités y en cada uno de estos pueden surgir problemas. Si además están involucradas operaciones con administraciones públicas, tales como avales, préstamos participativos o participaciones en el capital, el proceso puede sufrir un retraso letal.
Es muy relevante que la información facilitada desde la empresa sea transparente y fiable. No ocultemos a los acreedores todo lo que deban saber, sólo así podremos solicitar lo que necesitamos. Los acreedores financieros, son los socios que más se juegan en este momento. El gran accionista de Duro Felguera, ya ha sido retribuido por su inversión muy por encima de lo que han sido los acreedores financieros, a los que un impago les produce una severa pérdida en su cuenta de resultados. Facilitemos información fiable, bien elaborada, concreta y que permita concluir con facilidad lo que estamos pidiendo.
Las propuestas que se realicen en la negociación deben siempre realizarse por escrito, un simple correo electrónico es suficiente. Deben realizarse colectivamente para que todos los involucrados conozcan lo que se está haciendo y la posición de todas las partes. Muchas veces la propia desconfianza entre las entidades financieras, o el temor a que una entidad financiera sea tratada peor que otra, supone el fracaso del proceso. Así mismo, las entidades financieras deben ser claras y comprometidas con sus propuestas, tienen que presentarlas por escrito y respetarlas. Aunque pueda resultar extraño, no es infrecuente la falta de compromiso de algunas entidades financieras a lo largo de procesos de refinanciación, el cambio constante de interlocutores para evitar el compromiso definitivo o desdecirse, incluso el cambio de criterio, que acaban haciendo ingobernable todo el proceso.
La generosidad de las partes es determinante, sólo así tendremos éxito. Los accionistas de Duro Felguera, tienen que comprometerse en el proceso, incluso patrimonialmente. Sus administradores, potenciales destinatarios de las responsabilidades, que a todo gestor destinan nuestras normas, tienen que estar alineados hacia el mayor esfuerzo patrimonial que pueda realizar la empresa, ya sea mediante desinversiones, cierre de actividades o reducción de costes, incluyendo la optimizaciones de plantillas. Ese esfuerzo incluye también la sustitución de responsables que no hayan logrado resultados positivos o que generen un rechazo manifiesto por parte de sus interlocutores bancarios.
Las entidades financieras, en demasiadas ocasiones son excesivamente exigentes con las condiciones impuestas. No es infrecuente que clientes con mayores tasas de generación de tesorería y mejores garantías, vean agravadas sus condiciones de refinanciación, frente a clientes en situaciones de insolvencia comprometidas. Muchas empresas fracasan por la excesiva estrangulación financiera a las que se las somete, en perjuicio de sus propios acreedores que ven reducidas sus posibilidades de cobro. La flexibilización de estas condiciones, es muy relevante en orden a asegurar el éxito del proceso. La liquidación de la sociedad siempre es posible, no la forcemos anticipadamente.
Los trabajadores de la empresa y sus representantes, son también determinantes, pues si el deterioro de la empresa, llega a la confrontación social de la plantilla con los administradores, el fracaso del proceso de reestructuración financiera está más cerca.
Así pues, Duro Felguera todavía tiene solución, pero esta requerirá de una mayor flexibilidad y determinación por ambas parte, sacar del proceso de los medios de comunicación, generosidad por ambas partes, claridad, compromiso con el futuro de la empresa, tanto por parte de los acreedores como de sus accionistas y gestores. Será duro, requerirá grandes esfuerzos, un redimensionamiento de la sociedad, pero valdrá la pena. El concurso de acreedores supondrá con toda seguridad el final de Duro Felguera, aun estamos a tiempo de evitarlo, porque en Asturias no nos podemos permitir perder ni una sola empresa.